La meditación tiene un lugar en la vida diaria cuando se investiga toda la naturaleza y la estructura del propio ser: las reacciones de uno, el estado de la propia consciencia, por qué uno cree o no cree, por qué uno acepta las influencias de las instituciones, etc., todo esto es el verdadero movimiento de la meditación.
Siempre tenemos la impresión de que podríamos hacer mejor lo que los otros hacen. Desgraciadamente, no tenemos el mismo sentimiento hacia lo que nosotros mismos hacemos.
Ese contenido es la base sobre la cual se apoya toda la humanidad, por tanto, en lo psicológico, en lo interno, uno no es un individuo. Externamente, uno puede tener un aspecto distinto al de otras personas, puede ser amarillo, moreno, negro, alto o bajo, ser una mujer o un hombre, pero internamente, en lo profundo somos similares, quizá con alguna variación, pero esa similitud es como un hilo que mantiene juntas las perlas de un collar.