Debemos comprender lo que es el vivir y, entonces, podremos preguntar qué es el morir; lo que sucede antes de morir es más importante que lo que sucede después de la muerte, es decir, antes del final, mucho antes del último minuto, ¿qué es el vivir? ¿Es el vivir un esfuerzo y un conflicto en el cual no hay ninguna relación de unos con otros, es el vivir esa profunda sensación de soledad interna? Para escapar de eso que llamamos “vivir” vamos a las iglesias, a los templos, rezamos y adoramos, pero eso no tiene ningún valor; si uno tiene dinero se satisface con extravagancias, ya conocen todos los trucos que utilizamos para evadirnos de nuestra propia consciencia, del estado real de nuestra mente, y a eso lo llamamos “vivir”.
Siempre tenemos la impresión de que podríamos hacer mejor lo que los otros hacen. Desgraciadamente, no tenemos el mismo sentimiento hacia lo que nosotros mismos hacemos.
Si te gusta alguien por su físico no es amor, es deseo. Si es por su inteligencia, es admiración. Si es porque es rico, es interés. Si no sabes por que, eso si es amor.
La meditación tiene un lugar en la vida diaria cuando se investiga toda la naturaleza y la estructura del propio ser: las reacciones de uno, el estado de la propia consciencia, por qué uno cree o no cree, por qué uno acepta las influencias de las instituciones, etc., todo esto es el verdadero movimiento de la meditación.
En toda sociedad parece haber un periodo en el cual el crecimiento económico, convencionalmente entendido, genera un mejoramiento de la calidad de vida. Ello sólo hasta un punto umbral, cruzado el cual el crecimiento económico genera un deterioro en la calidad de vida.