Debemos comprender lo que es el vivir y, entonces, podremos preguntar qué es el morir; lo que sucede antes de morir es más importante que lo que sucede después de la muerte, es decir, antes del final, mucho antes del último minuto, ¿qué es el vivir? ¿Es el vivir un esfuerzo y un conflicto en el cual no hay ninguna relación de unos con otros, es el vivir esa profunda sensación de soledad interna? Para escapar de eso que llamamos “vivir” vamos a las iglesias, a los templos, rezamos y adoramos, pero eso no tiene ningún valor; si uno tiene dinero se satisface con extravagancias, ya conocen todos los trucos que utilizamos para evadirnos de nuestra propia consciencia, del estado real de nuestra mente, y a eso lo llamamos “vivir”.
Siempre tenemos la impresión de que podríamos hacer mejor lo que los otros hacen. Desgraciadamente, no tenemos el mismo sentimiento hacia lo que nosotros mismos hacemos.
¿Qué es el vivir, lo cual es nuestra consciencia? La consciencia es su propio contenido y el contenido no es diferente de la consciencia, la consciencia es lo que uno cree: las propias supersticiones, los dioses, los rituales, la envidia, la ambición, la competitividad, la profunda soledad, el apego, el sufrimiento, todo esto es la consciencia de uno, uno es todo esto. No obstante, esa consciencia no es sólo de uno, es la consciencia de la humanidad, uno es el mundo y el mundo es uno, uno es la consciencia con su contenido.
Si te gusta alguien por su físico no es amor, es deseo. Si es por su inteligencia, es admiración. Si es porque es rico, es interés. Si no sabes por que, eso si es amor.